Graciela
Alvarez y Gloria Blanco
Hace
más de cinco años que desarrollamos actividades interdisciplinarias
de Atención Primaria en la Comunidad, que figuran territorialmente
en el Área Programática de nuestro hospital.
Hemos
seleccionado para informarle y transmitirle el ejercicio de nuestra
función profesional, en un Comedor Barrial en el barrio san
Cristóbal y un Parador de Niños (cuyas actividades desarrollamos en
otro texto que difundiremos próximamente), ambas instituciones son
ONG con subsidios del Gobierno de la Ciudad.
Nuestros
ejes de trabajo consisten en la articulación de la difusión de los
conceptos: anticoncepción, enfermedades de transmisión sexual,
sexualidad responsable, control del embarazo, reducción de daños,
relacionadas al consumo problemático.
El
trabajo con la comunidad implica mirar y abordar escenarios múltiples
y diversos, donde es imposible programar una línea de trabajo a
priori.
Actividad en
el Comedor:
Marginalidad,
consumo de sustancias psicoactivas y salud reproductiva en una población que asiste al comedor
Actividad
desarrollada durante el año 2009, interrumpida por la Gripe H1N1
donde toda actividad grupal fue suspendida, y nos enteramos que a fin
de ese año, fue cerrado el establecimiento
El
comedor al cual asistimos estaba ubicado en el Área Programática
del Hospital Ramos Mejía (HRM) y funcionaba desde el año 1992. Lo
subsidiaba, tanto en el alquiler del local como en la provisión de
alimentos el Gobierno de la Ciudad de Bs. As.
En
ese momento el nivel adquisitivo y psicosocial de la mayoría de los
barrios de la Capital Federal era heterogénea; en ese barrio, vivían
varias familias en situación de calle, otras en casas tomadas y en
hoteles subsidiados por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Esta era la población que concurría al comedor agregándose la que
podía alquilar habitaciones en las viviendas importantes de la zona.
En el contexto de la crisis desatada paulatinamente en la Argentina
configurándose como espacios válidos para paliar el hambre más
urgente, de los llamados “nuevos pobres”.
Antes
de iniciar las acciones el equipo se entrevistó con las
colaboradoras del comedor, que eran tres mujeres que estaban a cargo
del aseo, y de la preparación del desayuno y almuerzo.
Nuestro
objetivo e hipótesis de trabajo consistió en:
- Encuestar
al los comensales.
- Desarrollar
e incentivar la formación de un dispositivo grupal de orientación y
prevención desarrollando los siguientes temas:
- Salud reproductiva.
- Consumo de sustancias psicoactivas.
- Incidencia de consumo de tóxicos durante el embarazo.
- Información sobre reducción de riesgos y daños.
- Promocionar
nuestro Centro de Salud, indicándole a la población nuestra
dirección para solicitar una consulta psicoterapéutica por el
consumo de tóxicos.
- Concientizar
a la población la importancia que implica la consulta al hospital
para el control de su salud.
De
las entrevistas surgía que el comedor funcionaba de lunes a viernes
en el horario de 7 a 13 hs. y acudían 150 personas aproximadamente
entre ellas familias, las cuales desayunaban y/o almorzaban por
turno, o retiraban la comida ya que la infraestructura del lugar era
para 25 personas.
El
trabajo se realizó durante tres meses en forma semanal de 9 a 13 hs.
y en diferentes etapas:
1º
Etapa: observación y entrevistas individuales durante 4 semanas.
Se
entrevistaron 50 personas. Se trataba de una población altamente
vulnerable.
El
30 % (15 personas) vivían en situación de calle.
El
40% (20 personas) vivían en hotel del Gobierno de la Ciudad.
El
30% (15 personas) vivían en casas tomadas
El
40 % se solventaba de los Planes Sociales que otorgaba el gobierno.
El
5% eran jubilados o pensionados por invalidez
El
30% se dedicaba a la recolección de cartón
El
35% trabajaba irregularmente (changas, trabajo doméstico)
La
mayor parte de la población entrevistada, 80%, eran mujeres en edad
fértil entre 18 y 45 años, y la mayoría no llegó a finalizar los
estudios de nivel medio.
Seis
personas -2 mujeres y 4 hombres- consumían paco
y alcohol en grandes cantidades, y correspondían a la franja etaria
de 15 a 35 años, ninguno estaba en tratamiento y vivían en
situación de calle. Las 2 mujeres entrevistadas poseían un
nivel bajo de escolaridad. Una de ellas
manifestó que la madre era consumidora de alcohol y el padre ejercía
violencia doméstica contra su madre y hermanos. Era oriunda del
interior del país y abandonó su hogar de origen hacía
aproximadamente 1 año en busca de un futuro mejor. Hacía
aproximadamente 3 meses que vivía en la calle con su novio, no
utilizando métodos anticonceptivos y estaba preocupada por sus
irregularidades menstruales.
La
mayoría de las mujeres entrevistadas empezaron a ser madres a edades
tempranas y tenían más de tres hijos, dos estaban embarazadas de
seis meses y no realizaban controles prenatales a la fecha.
Por
consecuencia la maternidad adolescente o a edades muy jóvenes
implica, una limitación importante para que pudieran desenvolverse y
desarrollar los conocimientos y habilidades para mejorar sus
condiciones de vida. Con frecuencia el inicio temprano en la
reproducción conlleva una alta fecundidad posterior. La influencia
de la educación puede brindar los medios directos, asociados a una
mayor concientización, para tomar medidas preventivas tanto en el
embarazo como para tener el acceso a los servicios de salud. En
palabras de Lagarde (1997) estarían en otro nivel de poderío.
Asimismo, los niveles de fecundidad, varían de manera considerable
según el nivel educativo de la mujer. Aquellas sin instrucción
tienen una descendencia de más del doble de hijos que las que
lograron terminar la primaria. Un mayor nivel de escolaridad
repercute de manera positiva en un mejor control de las mujeres sobre
su reproducción y sobre las decisiones acerca del número de hijos
que desean tener.
Las
narrativas de la joven usuaria confirman que el tener una relación
íntima y cercana puede funcionar como un medio para contender las
experiencias de vida que causan malestar y tensión por el contexto
social en el que se vive, pero a la vez estas mismas relaciones
implican un gran costo simbólico al que se le ha dado poca
importancia. En particular S. Misovich, Fisher y Fisher (1997)
mencionan que las consecuencias positivas de tener una relación de
pareja tales como la seguridad y la confianza, producen y perpetúan
conductas sexuales de riesgo para el embarazo en edades tempranas y
el posible contagio de SIDA.
Estos
hallazgos generalmente se refieren a grupos de hombres y mujeres no
usuarios de sustancias adictivas. Si las drogas entran en escena la
prevención se complica. Las adolescentes urbanas, pobres y adictas a
sustancias psicoactivas están en un mayor riesgo debido a que se
involucran en relaciones sexuales con personas que tienen múltiples
parejas, que usan drogas intravenosas o desconocen si los jóvenes y
las jóvenes con las que se vinculan son seropositivos. No ponen en
práctica sus conocimientos sobre anticoncepción bajo la
intoxicación y se consideran inmunes al contagio de posibles
enfermedades de transmisión sexual o el VIH.
Metodología:
Como
disparador para trabajar embarazo y drogas, planteamos dramatizar “EL
CASO MAITE”, del Programa comunitario de prevención del abuso de
alcohol y otras conductas de riesgo, del libro “Fiebre de Viernes a
la noche” versión URBALDRO. El mismo consiste en representar los
participantes diferentes personajes en donde se escenifica: “La
comunicación de Maite, adolescente, a sus padres de su embarazo con
otro joven adolescente producto de una relación sexual casual,
estando también presentes dos amigos de ambos jóvenes”.
La
recepción de la consigna por parte de los/as asistentes fue buena y
aceptada
Recopilamos
del ejercicio:
Imaginarios sociales
Supremacía
del valor “familia” en términos estructurales por sobre el amor/
vinculo de pareja, manifestaban: “no importa si no nos conocemos,
con el tiempo podemos llevarnos bien mientras criamos el bebé”
(expresión de una participante adolescente).
- Los
métodos anticonceptivos no fueron un tema de interés para los/as
asistentes.
- Las
condiciones socioeconómicas no eran tenidas en cuenta para evaluar
la posibilidad de continuar un embarazo y afrontar los gastos
concomitantes.
- El tema del aborto no aparecía como alternativa salvo en un caso.
- La postergación de los estudios y/o actividades como
adolescente/joven no eran relevantes ni prioritarios.
La
no utilización de método anticonceptivo, estando en riesgo la
transmisión de una enfermedad sexual y/o el embarazo que implicaría
grandes dificultades económicas, no eran una prioridad, ya que
subjetivamente lo prioritario que manifestaban, eran las
necesidades afectivas y sociales y el estatus de la autoestima ya que
la maternidad era el único rol de identidad y pertenencia.
Conclusiones
Generales
Sexualidad
ligada a la función reproductora en la mujer.
Roles
-estereotipos-: madre reproductora, generaciones en el rol de madre:
abuelas madres, familias ensambladas. Abuelos en el rol de padres
(asumen paternidad).
Desconocimiento
y negación de los métodos anticonceptivos.
Negación
de las enfermedades de transmisión sexual.
Imaginario
social, maternidad como pertenecer y maternidad como identidad.
Entre
nuestros objetivos hemos podido cumplir:
Encuestar
cualitativa y cuantitativamente a los comensales y al espacio físico.
Promocionar
nuestro centro de salud, comunicándole a la población nuestra
dirección y nuestras funciones.
Promocionar
nuestro hospital.
Realizar
entrevistas bipersonales desarrollando los temas sobre: salud
reproductiva, reducción de riesgos y daños y consumo de tóxicos,
con las madres y los adolescentes que escenificaron el “Caso
Maite”.
No
hemos podido armar un dispositivo grupal de prevención con todos los
comensales debido a múltiples variables:
El
espacio físico es reducido y no se podía desarrollar un espacio
grupal en el mismo horario y lugar donde estaba la gente almorzando,
ya que el movimiento era constante desde las 8 de la mañana, para
desayunar y almorzar respectivamente.
De
parte de las anfitrionas/cocineras del comedor no fue incentivada
hacia la comunidad la actividad grupal; una de ellas nos comunicó
que estaban sólo autorizadas a entregar las viandas y servir los
alimentos, sin fomentar ninguna otra actividad entre los comensales.
Entre los concurrentes no había ningún tipo de comunicación, no se
saludaban, habiéndonos manifestado diferencias étnicas,
psicosociales, barriales y sobre diferentes planes asistenciales que
algunos percibían. Entre algunos integrantes se notaba temor a
expresarse; consideramos que temían perder la recepción del
alimento.
Consideramos
que son personas que se encuentran en absoluta situación de riesgo,
sin comida, sin vivienda y otras con posibilidad de perderla y otras
en situación de calle; sin estar en condiciones de incorporar ningún
cambio subjetivo. Su tiempo y espacio está al servicio de la
urgencia, motivo por el cual sólo pudimos otorgarles información y
escucharlos; tampoco están en condiciones de concurrir a los
servicios de salud. Es necesario que un equipo interdisciplinario,
conjuntamente con políticas sanitarias acordes, investiguen y
construyan marcos epistemológicos para poder asistir a la población
que carece todo tipo de cobertura y se encuentra en la indigencia.
Fue
un espacio enriquecedor que nos deja con más preguntas que
respuestas, especialmente en dos temas:
- El
embarazo en la población marginal, ya que la experiencia nos
transmitió que de prevención del embarazo tenemos que pensar en
control del embarazo.
- El
consumo de tóxicos en usuarios en situación de calle
Este
trabajo fue desarrollado durante el primer cuatrimestre del año
2009.