miércoles, 24 de octubre de 2012

La mirada psicoanalítica sobre los consumos problemáticos o Consumos problemáticos ya es una mirada psicoanalítica


Lic. Carolina Collado



“…no es a través del sueño de un orden natural (…) que podemos orientarnos. Este sueño, es el de un uso de la ciencia que trata de reducirnos a la biología, que se puede descifrar a través de la patología de estos cuerpos”1.

Eric Laurent
Introducción

Hoy con el avance de la biopolítica tenemos una respuesta de orden de lo natural en los llamados trastornos. Se trata de diagnósticos que hacen un ordenamiento del padecimiento, y cuya consecuencia es un tratamiento desde la medicación y/o adaptación. Desde este discurso se producen efectos de segregación que atraviesan los agrupamientos sociales. Es desde esta perspectiva que me interesa abordar la problemática. Teniendo en cuenta al psicoanálisis como una respuesta diferente en relación a lo planteado; como un abordaje distinto de la ciencia que intenta reducirnos a la biología o de la homogeneización de los modos de gozar presentes en la segregación.

Biopolítica

Para retomar brevemente el concepto de biopolítica, me interesa plantear desde Foucault, que se trata de cómo el estado, incipientemente a partir del siglo XVIII, incluirá entre sus cuidados el de la vida de la población, lo que llevará a esta transformación de la política en biopolítica.

Foucault propone otra mirada de la biología, diferente a la de la biopolítica, su mirada es en relación a la anomalía, al error; haciéndolo intrínseco a la vida misma, vida y error. Refiere: “es porque el error todavía constituye no el olvido o la postergación de una realización prometida, sino una dimensión propia de la vida de los hombres2”. ¿O acaso la vida humana puede ser concebida en términos de costos y beneficios?


No hay lo natural

En relación a este supuesto “orden natural”, es leído lo que hace ruido, lo que cae “fuera del programa3”, como lo denomina Laurent en “El revés del trauma”, fuera de lo programado/programable. El denominado “disorder”, que es la manera de llamar al trastorno en inglés, con esta acepción que muestra el fuera de orden, natural, podríamos agregar. Es así como, desde esta perspectiva por ejemplo, en relación a las adicciones, puede no plantearse como problema el consumo de cocaína, a quien el objeto le permite una mayor productividad laboral. Se trataría en este último caso de una respuesta acorde al programa de la época.

En el manual DSM IV se puede ubicar el conjunto de los trastornos inducidos por sustancias. Detallados y separados, ahí donde lo presente en la clínica es un uso heterogéneo de sustancias múltiples o bien un corrimiento en el consumo de las mismas. Esto último señala lo fallido del intento de ubicar en la sustancia el poder de la adicción, ahí donde la ciencia forcluye al sujeto en la relación con su modo de gozar. Es sabido que la dependencia física y la abstinencia verdadera solo se pueden pensar en el alcohol y los opiáceos. ¿Qué es precisamente lo que se tiene que poner en juego en el tratamiento de pacientes con consumos problemáticos? Aún en estos dos casos, distinguir el modo de vinculación de la sustancia es central.

Su contraparte, en el intento de los sujetos de la época por orientarse por la clasificación. Y una clínica que rompe con esto, la apuesta desegregativa que al tener en cuenta el umbral mínimo de exigencia en la modalidad del tratamiento, tomando este rasgo que unifica que es el modo en que se presentan los individuos, pero teniendo presente el goce allí en juego.

Ahora bien, si tomamos las sustancias psicoactivas: drogas, alcoholes, psicofármacos y productos industriales. Siempre hubo de estas sustancias, la diferencia se encuentra en ubicar que no siempre hubo drogodependencia o consumo problemático, indica un cambio en los modos de gozar. Entonces es diferente el consumo o uso simple de sustancias a el uso problemático, drogodependencia u operatoria del pharmakon.

Por otro lado, muchas veces se intenta presentar un “antecedente hereditario”, o de predisposición, como una capacidad de ser adicto. La respuesta cae nuevamente en un orden natural, en este caso la herencia, borrando de plano cualquier pregunta por la subjetividad en juego. En este sentido Laurent4 plantea que “la insistencia de los analistas por transmitir que no se trata de factores biológicos genera un odio terrible”. En tanto la mirada psicoanalítica al plantear que no se trata de que los trastornos tienen una inscripción en el cuerpo, sin ninguna mediación con el Otro.

Por el contrario y en palabras de Silvia Quevedo “Será preciso situar la función de cada montaje si se trata de una problemática neurótica destinada a evitar la angustia, a cancelar el conflicto psíquico, por ende la división subjetiva (montaje de suplemento), o si el montaje ocupa el valor de una función compensatoria imaginaria en la psicosis, o una falta de elaboración del cuerpo pulsional o para suplir una parcial apertura del goce (suplencia narcisista), para luego pasar a ubicar el valor enigmático que ocupe en la singularidad de cada quien”. Por eso se trata de una clínica transestructural, ya que el montaje de la adicción no es una estructura en sí misma.

Respuestas a la angustia presentes en la época según Guy Trobas, ya no regidas por lo simbólico en tanto el síntoma, sino más del lado de la inhibición (imaginario) o pasaje al acto y acting out (real). Agregaría la sustancia, en tanto real. No es casual el acting y el pasaje al acto, tan presente en esta clínica.

Por otro lado, aunque el pedido de tratamiento sea a la manera de que se les quite de modo quirúrgico su problemática con el tóxico, se dirige a un analista, de ahí la apertura a otro juego, el ajedrez freudiano, nuestra oferta se convierte en demanda, pedido del paciente, en relación a un sufrimiento.

Viñetas

Se presenta un paciente al Centro Carlos Gardel con una demanda muy específica, un tratamiento de varias veces por semana, en relación a su consumo de cocaína iniciado hace 20 años. Desde el comienzo de la entrevista, la analista interviene ubicando determinadas cuestiones que ponen a la luz un malestar del paciente que va in crescendo. Estas intervenciones apuntan a poner en cuestión dichos del paciente que una y otra vez lo desresponsabilizan, se ubica fuera del goce en juego.

De entrada la analista capta cierta cuestión del control/descontrol, dicho al pasar por el paciente, ¿De qué se quiere controlar? A lo que responde de los impulsos, los que lo llevan a consumir de vez en cuando. Al preguntar, surge la frecuencia: un consumo que dura más de 24 hrs y es todas las semanas. La intervención allí: no tan de vez en cuando, todas las semanas.

En esta misma línea ubicará una denuncia por violencia familiar, lo que plantea raya el sin sentido, cuestión que no es dejada pasar por la analista. Se obtiene casi una confesión que no se articula a ninguna pregunta o algo de la culpa, sí aparece más que una excusa una definición: cuando consumo no soy yo, soy celoso y agresivo. Entonces ahí la intervención sostiene que la droga no tiene ese poder.

En relación a este modo de presentación, la pregunta es por la estructura en juego ¿Se trataría de una perversión? No se escucha la irrupción de goce proveniente del Otro propia de la psicosis, ni se trataría de la censura de la represión o del pudor en juego en el relato de las escenas, presente en la neurosis. Ni tampoco, muy común en esta clínica, el presentarse a confesar todo dejando al analista en un lugar de depósito. Antes bien, contribuye a la puesta en escena perversa, en este paciente se ve claramente en un momento en donde el analista capta en el discurso y devuelve en forma de pregunta, si el consumo es llevado a cabo delante de menores.

Había realizado tratamientos anteriores en instituciones relacionadas, los cuales abandonó, y refiere no creer en los lugares de internación. Al cierre de la entrevista la analista propone una derivación a un lugar más adecuado para la problemática de este paciente en este momento, ahí irrumpe el descontrol, esta vez no es efecto de la sustancia. No admite la derivación, quiere ser atendido en la institución bajo sus condiciones, ubicándose en el paradigma de la época, en tanto la demanda de atención ya y bajo sus condiciones, en la línea del yo lo merezco.

La segunda viñeta se trata de un adolescente, quien plantea venir porque se pelea con su familia y consume. Es interesante el planteo, de entrada algo más que el consumo, las peleas familiares. Aunque rápidamente aparece un no pasa nada, somos así, es mi mamá la que quiere que venga.
Ahora bien, las peleas son por la denuncia del paciente sobre el consumo de su hermano, ahí donde ambos salieron de una internación. Es claro en relación a este caso el corrimiento de las sustancias, en tanto plantea que antes de ser internado consumía pasta base y cocaína para pasar a consumir marihuana luego de la internación. Aludiendo a su vez que volvió a probar todo cuando salió y decidió continuar solo con esto y que consume cuando tiene o le regalan. El corrimiento de las sustancias, que no es una escalada.
La encrucijada, el momento de comienzo del consumo, dos años atrás al conocer a su padre, por decisión de su madre “nos convidó pasta base, a los tres meses se murió y se me hizo diario”. Le Poulichet plantea la cancelación del tiempo: narcosis en la vigilia, que incluye el momento en que comenzó el consumo o se hizo problemático, parecería tratarse de esto aquí. Por otra parte parecería tratarse también de un rito de iniciación. Llama la atención además, que en relación a la internación que refiera “le dije a mi mamá que me quería internar”, ¿Qué demanda a esta madre?

En la entrevista se mezcla lo que le pasa a él y lo que hacen sus hermanos, donde lo mismo que lo enoja, luego refiere que él lo hace. “Siempre fuimos muy unidos, saltamos uno por el otro” ¿Cuál es la comunión de estos hermanos? El mismo inicio de consumo, el mismo momento de internación, la misma problemática con la ocupación. Y la demanda a esta madre que responde consiguiendo trabajos y lugares de internación.


Conclusión
Para concluir, la mirada del psicoanálisis marca una diferencia. Ya presente en Freud, al poner al trabajo lo que no es tomado en cuenta por las otras ciencias del momento: sueños, fallidos, olvidos, etc; en relación a lo singular de estas producciones. En concordancia con Foucault el error en relación a la vida.

En esta vía, si el síntoma social es en relación a la época y nos atraviesa en los modos de goce, no es un para todos igual. Más que nunca se trata de la singularidad, del sujeto. El psicoanálisis es una experiencia subjetiva. Y hablamos del sujeto que Lacan subvierte. No se trata del sujeto como una unidad en relación a sus funciones psíquicas, como puede serlo para la psicología; tampoco de un sujeto a abolir como propone la ciencia; ni del sujeto absoluto de Hegel. Sino de la división del sujeto.


1 LAURENT, E: “Conferencias de Eric Laurent. Patologías de la identificación en los lazos familiares y sociales”. En EricLaurent, Graciela Musachi, Guillermo Belaga en Patologías de la identificación en los lazos familiares y sociales., Bs. As., Grama Ediciones, 2007.

2 FOUCAULT, M: “La vida: la experiencia y la ciencia” . En GIORGI, G y RODRIGUEZ, F: (Compiladores): “Ensayos sobre Biopolítica. Excesos de vida”. Bs. As., Paidós, 2007.

3 LAURENT, E:) “El revés del trauma” en Ornicar digital nº 204, 2002.

4 LAURENT, E: “Conferencias de Eric Laurent. Patologías de la identificación en los lazos familiares y sociales”. En EricLaurent, Graciela Musachi, Guillermo Belaga en Patologías de la identificación en los lazos familiares y sociales., Bs. As., Grama Ediciones, 2007.



Bibliografía
  • COLETTE, S: Sobre la segregación. Publicación del T y A. Año 1995.
  • GIORGI, G y RODRIGUEZ, F: (Compiladores): “Ensayos sobre Biopolítica. Excesos de vida”. Bs. As., Paidós, 2007.
  • LACAN, J: “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano” en Escritos 2. Siglo XXI Editores, 1975.
  • LAURENT, E: “El revés del trauma” en Ornicar digital nº 204, 2002.
  • LAURENT,E: “Conferencias de Eric Laurent. Patologías de la identificación en los lazos familiares y sociales”. En Eric Laurent, Graciela Musachi, Guillermo Belaga “Patologías de la identificación en los lazos familiares y sociales”., Bs. As., Grama Ediciones, 2007.
  • LE POULICHET, S: “Toxicomanías y Psicoanálisis. Las narcosis del deseo”. Amorrortu editores 1990.
  • QUEVEDO, S: Tratamientos de usuarios de drogas, con criterios de umbral mínimo de exigencia”. Inédito.
  • QUEVEDO, S: “Lazo social o segregación: el recurso de las drogas” en “Clínica Institucional en toxicomanías. Una cita con el Centro Carlos Gardel”. Ed. Letra Viva. Año 2006.
  • STEVENS, A: La errancia del toxicómano. Texto escrito a partir de una intervención en las Jornadas de Aniversario de Enaden en noviembre del 2002. Publicado en Quarto Nº 74, Revue de psychanalyse, École de la Cause Freudienne. Traducido al castellano por Esmeralda Miras. Inédito.
  • TESTA, A: “El psicoanálisis y los tratamientos de las adicciones”. El Psicoanálisis y los tratamientos de las adicciones. Sobre el límite de la práctica”. Conferencia Ciclo IOM , La Plata.15/8/2008.Inédito-
  • TROBAS, GUY: “Tres respuestas del sujeto ante la angustia: inhibición, pasaje al acto y acting-out””. En: AA.VV. NEL-Miami Logos 1. Seminario dictado en la NEL - Miami el 6 de abril de 2002. Editorial Grama. Año 2003.


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